Política mundial sobre la obesidad: un compromiso internacional para reducir la cintura

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Política mundial sobre la obesidad: un compromiso internacional para reducir la cintura

Política mundial sobre la obesidad: un compromiso internacional para reducir la cintura

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A medida que las tasas de obesidad continúan aumentando, los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales colaboran para minimizar los costos económicos y de salud de esta tendencia.
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      Previsión Quantumrun
    • 26 de noviembre.

    La implementación de políticas efectivas contra la obesidad puede mejorar los resultados de salud y empoderar a las personas para que tomen decisiones informadas, mientras que las empresas pueden crear entornos de apoyo que mejoren el bienestar y la productividad. Los gobiernos desempeñan un papel crucial en la promulgación de políticas que regulen la comercialización de alimentos, mejoren el etiquetado nutricional y garanticen el acceso equitativo a opciones nutritivas. Las implicaciones más amplias de las políticas globales sobre la obesidad incluyen una mayor financiación para soluciones de pérdida de peso, preocupaciones sobre la estigmatización social y avances en la tecnología sanitaria.

    Política global sobre el contexto de la obesidad

    La obesidad está aumentando a nivel mundial, lo que lleva a importantes implicaciones económicas y de salud. Más del 70 por ciento de los adultos en países de ingresos bajos y medianos tienen sobrepeso o son obesos, según estimaciones de 2016 del Grupo del Banco Mundial. Además, los países de ingresos medianos bajos soportan una doble carga de desnutrición y obesidad. 

    A medida que aumenta el ingreso per cápita, la carga de la obesidad se transfiere a las regiones rurales de los países de ingresos bajos y medianos. Las áreas rurales representan alrededor del 55 por ciento del aumento global de la obesidad, y el Sudeste Asiático, América Latina, Asia Central y el Norte de África representan aproximadamente el 80 o el 90 por ciento del cambio reciente.

    Además, los habitantes de muchos países de bajos y medianos ingresos son más vulnerables a las enfermedades no transmisibles (ENT) cuando su IMC es superior a 25 (clasificado como sobrepeso) por varios factores genéticos y epigenéticos. Por lo tanto, la obesidad en los niños es muy dañina, ya que los pone en mayor riesgo de desarrollar ENT debilitantes en una etapa temprana de la vida y vivir con ellos durante un período más prolongado, lo que les priva de la salud y las capacidades socioeconómicas. 

    Artículos científicos recientes publicados en The Lancet muestran que, además de tratar la obesidad, modificar las dietas y los sistemas alimentarios también es fundamental para abordar los crecientes problemas del cambio climático y el persistente problema de la desnutrición infantil. El Banco Mundial y otros socios para el desarrollo están en una posición única para ayudar a los clientes de países de ingresos bajos, medianos y altos a reducir la obesidad mediante campañas de concientización sobre la importancia de los sistemas alimentarios saludables. 

    Impacto disruptivo

    La implementación de políticas efectivas contra la obesidad puede conducir a mejores resultados de salud y una mayor calidad de vida. Al promover hábitos alimentarios saludables y actividad física, las personas pueden reducir el riesgo de sufrir complicaciones relacionadas con la obesidad, como enfermedades crónicas y discapacidades. Además, estas políticas pueden empoderar a las personas para que tomen decisiones informadas sobre su estilo de vida y fomenten una cultura de bienestar. Al invertir en campañas de educación y concientización, los gobiernos pueden dotar a las personas de los conocimientos y habilidades necesarios para mantener su salud.

    Las empresas pueden crear entornos de apoyo que prioricen el bienestar de los empleados brindándoles acceso a opciones de alimentos nutritivos, promoviendo la actividad física y ofreciendo programas de bienestar. Al hacerlo, las empresas pueden mejorar la productividad, reducir el ausentismo y mejorar la moral y el compromiso de los empleados. Además, invertir en medidas preventivas puede ayudar a mitigar la carga económica asociada con los gastos de atención médica relacionados con la obesidad y las jubilaciones anticipadas. Adoptar un enfoque holístico que integre la salud y el bienestar en el lugar de trabajo puede tener un impacto positivo a largo plazo tanto en los empleados como en la organización en su conjunto.

    En una escala más amplia, los gobiernos desempeñan un papel crucial en la configuración de la respuesta social a la obesidad. Pueden promulgar políticas que regulen la comercialización de alimentos, mejoren el etiquetado nutricional y promuevan la disponibilidad de opciones alimentarias asequibles y nutritivas. Al colaborar con diversas partes interesadas, incluida la industria alimentaria, los profesionales de la salud y las organizaciones comunitarias, los gobiernos pueden desarrollar estrategias integrales para prevenir y controlar la obesidad. Estas políticas deben diseñarse para abordar las disparidades en salud y garantizar el acceso equitativo a los recursos y oportunidades para todos los individuos.

    Implicaciones de la política mundial sobre la obesidad

    Las implicaciones más amplias de la política global sobre la obesidad pueden incluir:

    • El desarrollo de leyes restrictivas que busquen mejorar la calidad dietética de los alimentos vendidos al público (especialmente a los menores de edad) así como incentivos económicos destinados a promover la actividad física. 
    • Campañas de educación pública más agresivas que promuevan los beneficios de la pérdida de peso.
    • Aumento de la financiación pública y privada para desarrollar soluciones innovadoras para perder peso, como nuevos medicamentos, herramientas para hacer ejercicio, dietas personalizadas, cirugías y alimentos diseñados. 
    • Estigmatización y discriminación social, que afectan el bienestar mental de las personas y la calidad de vida en general. Por el contrario, promover la positividad corporal y la inclusión puede fomentar una sociedad más tolerante y solidaria.
    • Los avances tecnológicos, como los dispositivos portátiles y las aplicaciones móviles, permiten a las personas controlar y gestionar su peso y su salud general. Sin embargo, la dependencia de la tecnología también puede empeorar los comportamientos sedentarios y aumentar el tiempo frente a la pantalla, lo que contribuye a la epidemia de obesidad.
    • Rechazo contra políticas que aparentemente interfieren en la elección y la libertad personales, lo que requiere que los gobiernos creen políticas más equilibradas.
    • Un cambio hacia sistemas alimentarios sostenibles y dietas basadas en plantas que tienen implicaciones ambientales positivas al tiempo que abordan la obesidad.

    Preguntas a considerar

    • ¿Cree que va en contra de los derechos humanos básicos imponer leyes y reglamentos para controlar la dieta y la actividad física de las personas?
    • ¿Qué papel pueden desempeñar las organizaciones no gubernamentales para ayudar a promover estilos de vida más saludables? 

    Referencias de información

    Se hizo referencia a los siguientes enlaces populares e institucionales para esta perspectiva:

    Organización Mundial de la Salud La obesidad y el sobrepeso